Punción seca. Tratamiento de puntos gatillo
Punción seca. Tratamiento de puntos gatillo
La punción seca es una técnica que forma parte de lo que llamamos Fisioterapia Invasiva, rama de la fisioterapia, que consiste en el abordaje con una aguja que penetra el tejido que queremos tratar, en concreto en un PGM (Punto Gatillo Miofascial) que nos está provocando síntomas propios del síndrome de dolor miofascial.
¿Qué son los Puntos Gatillos Miofasciales?
Los PGM son unos nódulos dolorosos a la palpación y muy irritables que se localizan en las bandas tensas del músculo. Estos PGM pueden encontrarse latentes, por lo que cumplen con las características de lo que define un PGM pero sin dolor, o bien pueden encontrarse activos. Cuando tenemos un PGM activo éste está provocando dolor, que bien puede ser en la misma zona donde se encuentra el PGM, o a distancia (dolor referido). Esto último es una característica muy importante de los PGM, ya que a veces nos puede llevar a pensar que el problema está en un tejido diferente, dónde sentimos el dolor, cuando realmente el problema está en otro tejido, que es donde se encuentra el PGM activo.
Objetivo de la punción seca:
Sabemos que el fenómeno que ocurre a nivel microscópico es una disfunción de la placa motora, zona de unión entre nervio y músculo. Lo que ocurre en ese espacio que existe entre nervio y músculo es que existe un exceso del neurotransmisor Acetilcolina, neurotransmisor necesario para exista una contracción del músculo por señal del nervio.
Cuando este neurotransmisor se secreta en más cantidad, o por el contrario, se reabsorbe en menos cantidad de la que debería, produce esa situación disfuncional que se traduce en una contracción mantenida del músculo.
Hasta hace poco se pensaba que realizando punción seca éramos capaces de romper esa placa motora disfuncional de manera que se pudiese generar otra placa motora funcional después. La sensación de agujetas que nos deja la técnica durante 48 horas (dolor post punción), nos hacía pensar y querer confirmar también la formación de una nueva placa motora en ese tiempo. Actualmente no tenemos suficiente evidencia científica para decir que esto es lo que ocurre, pero sí sabemos clínicamente que se experimenta una especie de reseteo del PGM, y que al desaparecer el dolor post punción desaparece también el dolor característico del síndrome miofascial que teníamos anteriormente.
El uso de esta técnica apenas tiene contraindicaciones. Pero conviene no olvidar el caso de fobias a las agujas, en esta situación optaremos por un tratamiento con técnicas más conservadoras. También deberemos tener ciertas precauciones en embarazadas en el primer trimestre, tatuajes, heridas o cicatrices.
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