Tratamiento de roturas fibrilares
Tratamiento de roturas fibrilares
Si queremos acortar el proceso de recuperación de una rotura fibrilar y por tanto las semanas de baja del paciente no hay mejor método que la E.P.M, cuya eficacia reduciendo la probabilidad de recaídas está demostrada.
En primer lugar, se procederá a la realización de una ecografía en consulta. En ocasiones es necesario esperar entre 24-48 horas, desde que se produjo la lesión, para que se pueda visualizar la lesión. Una vez diagnosticada la lesión basándonos en los síntomas y en las imágenes de las pruebas diagnósticas se iniciará el tratamiento que constará generalmente de 3-4 semanas o más en función del grado de rotura.
1º semana: Vendaje funcional para que la musculatura pueda movilizarse, pero no llegar a su máxima elongación. En esta primera semana el cuerpo depositará numerosas fibras de colágeno en la zona a reparar para la regeneración de la misma. Está indicado el uso de la Electrolisis Percutánea Musculoesquelética en esta primera fase aguda para intentar cambiar el P.H ácido de la zona. la corriente galvánica es aplicada a través de una aguja y siempre visualizada mediante técnicas ecográficas es de gran ayuda para alcalinizar el medio interno y así ayudar en el proceso de regeneración tisular. También será muy útil el uso de electroestimulación muscular para evitar una atrofia de la misma durante el tiempo en el que vamos a estar en reposo.
2º semana: Sigue estando indicada la Electrolisis Percutánea Musculoesquelética ecoguiada para dar un input regenerador en la lesión y se puede empezar a realizar estiramientos activos por parte del paciente para realinear las fibras de colágeno que se vayan formando. En esta semana podremos empezar a trabajar ejercicios con contracciones isométricas (contracción sin movimiento) y contracciones concéntricas (contracciones con acortamiento) de manera que mantengamos la fuerza muscular, evitemos la atrofia y ayudemos en el proceso de cicatrización.
3º semana: Electrolisis Percutánea Musculoesquelética para intentar que la cicatriz no fibrose y se haga lo más flexible posible, masajes en la zona con el mismo fin, Ultrasonidos (U.S) y comienzo de los estiramientos pasivos o suaves estiramientos F.N.P. El resto de semanas y siempre en función de la evolución del paciente se puede empezar poco a poco con la actividad deportiva con un grado de intensidad bajo. En esta semana también será importante realizar ejercicios con contracciones excéntricas para seguir ganando fuerza pero especialmente para ayudar en la reorganización de las nuevas fibras, ya que al trabajar en excéntrico estamos contrayendo a la vez que estiramos, por lo que las nuevas fibras van a tensarse o estirarse en el sentido longitudinal del músculo, es decir, en el sentido correcto.
Es importante durante todo el proceso hacer un seguimiento ecográfico ya que si se produce hematoma en tejidos muy internos hay posibilidad de que se encapsule y osifique. Esto suele ocurrir entre 8 y 9 días desde el inicio de la lesión. Por lo tanto, es necesario aspirar el edema, mediante técnicas ecoguiadas, antes de la osificación ya que una vez osificado el único tratamiento posible es el quirúrgico para poder extraer la masa ósea.
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