Contracturas Cervicales
Contracturas Cervicales
¿Qué son las Contracturas Cervicales?
Las contracturas a nivel general son situaciones disfuncionales en las fibras musculares se encuentran con una contracción continuada e involuntaria. Cuando se da esta situación se produce una dificultad para hacer llegar sangre oxigenada y rica en nutrientes a estas fibras musculares a la vez que tenemos sustancias de desecho que nos cuesta reabsorber. El sistema nervioso nos “avisa” de esta situación mandando señales de dolor al cerebro para hacernos conscientes de que hay algo que tenemos que cambiar.
En el caso de la zona cervical, además tenemos ciertos músculos con más facilidad para acumular tensión en caso de estrés y de alteración psicológica, lo que convierte la zona cervical en la zona más prevalente de lesión después de la zona lumbar, aunque según la tendencia actual, puede que evolucione a ser la primera causa.
Estas contracturas también puede aparecer en el ámbito deportivo, especialmente cuando realizamos un esfuerzo al que no estamos acostumbrado, de manera que es el propio SNC (sistema nervioso central) el que manda una señal al músculo de que se contracture o contraiga en exceso como mecanismo de defensa.
Sea cual fuere la causa, tenemos como resultado un dolor, a veces discapacitante, que reduce nuestra funcionalidad y nos dificulta nuestras actividades de la vida diaria.
¿Causas?
Las causas son numerosas, pero podemos resumirlas en:
- Sedentarismo o posturas estáticas:
Las personas que no realizan ningún tipo de actividad física son más propensas a tener un sistema musculoesqulético poco preparado para el esfuerzo, de manera que cuando este se realiza, es más probable que suframos una contractura.
El mantenimiento de una misma postura durante un tiempo prolongado puede llevar también a que el músculo se contracture como mecanismo de defensa.
- Edad avanzada:
El envejecimiento naturalmente afecta al sistema músculoesquelético. Los músculos con la edad tienden a la sarcopenia (pérdida de masa muscular asociada a la edad) y estos a su vez pierden elasticidad, por lo que en un movimiento de gran amplitud a gran velocidad hay más probabilidad de que se contracture evitando que se produzca una rotura, la cual tendría resultados peores.
- Estrés emocional:
El estrés nos lleva a acumular tensión, no solo psicológica, sino también muscular, por lo que es probable que suframos una contractura involuntaria.
- Deporte:
Cuando la carga de trabajo es elevada y no tenemos un correcto descanso, es probable que el músculo se contracture, de manera que tenemos que tener muy en cuenta la fatiga y la gestión de ésta.
- Deshidratación o mala alimentación:
Una mala hidratación o alimentación impide una correcta reserva de nutrientes y minerales que necesitan las fibras musculares para su correcto funcionamiento. Alguno de ellos son el magnesio, el sodio o la glucosa.
Síntomas:
- El síntoma más común es el dolor en la base del cuello (zona posterior). En algunas ocasiones el dolor puede llegar al hombro e incluso bajarse un poco por el brazo ipsilateral (del mismo lado de la contractura).
- Dolor de Cabeza.
- Vértigo, mareos o nauseas.
- En raras ocasiones pitidos de oídos.
Tratamiento
Son muchos los músculos que rodean las vértebras cervicales. Gracias al uso del ecógrafo podemos llegar a visualizar las estructuras más profundas y por lo tanto ver su estado. La punción de la musculatura profunda del cuello no sería posible sin el uso del ecógrafo. Por lo tanto, Punción Seca, masaje Descontracturante, calor en profundidad (Diatermia o Microondas) y Manipulaciones Osteopáticas son las técnicas elegidas para el tratamiento de las contracturas cervicales.
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