Debilidad muscular cervical
Debilidad muscular cervical
¿Qué es la debilidad muscular cervical?
La debilidad muscular cervical es lo que le supone al paciente una sensación de inestabilidad, como si le costase mantener la cabeza. La causa de por qué puede ocurrir esto es evolucionista y biológica, puesto que con el paso de los años hemos pasado de una posición en cuadrupedia a una posición bípeda. Esto supone una mayor responsabilidad a la musculatura posterior en detrimento de la musculatura anterior para mantener la cabeza en posición neutra.
Por tanto podemos tener problemas a nivel cervical si la musculatura anterior está inhibida o la musculatura posterior está débil, a menudo por falta de control motor. Hasta aquí todo es normal. Se trata la patología y se resuelve, pero con frecuencia el paciente vuelve a sufrir recaídas y la patología se hace crónica. Nos hacemos adictos al tratamiento ya que nos alivia los síntomas, al menos temporalmente, pero sin trabajo con ejercicios específicos y diseñados individualmente no resolveremos el problema.
Si la musculatura anterior no se encontrase inhibida tendríamos un mejor reparto de cargas, pero esta musculatura rara vez la trabajamos o entrenamos y generalmente nuestro terapeuta de confianza se olvida de ella. Esto junto a la musculatura posterior profunda del cuello son las grandes olvidadas. No hay que confundir el tono y tamaño de la musculatura superficial con la profunda (la profunda es la que suele dar patología). Son muchos los pacientes que acuden al gimnasio y poseen unos enormes trapecios y deltoides y, sin saberlo, poseen una musculatura profunda muy débil.
Síntomas:
-Dolores cervicales diarios y con los que el paciente ya está acostumbrado a convivir.
-Suelen ser pacientes con dolores de cabeza frecuentes y con sensación de mareos o vértigos.
-En general, cualquier persona que curse con dolor de cuello más de 2 años, los dolores cervicales irán acompañados de mareos y de dolores de cabeza, y todo ello como consecuencia de la debilidad muscular profunda del cuello.
Diagnóstico:
El uso del Stabilizer nos ayuda a detectar estos casos. Al paciente se le colocará el Stabilizer debajo del cuello y se le pedirá que ejerce fuerza en una determinada posición y la aguja del manómetro del dispositivo nos dirá la fuerza que puede llegar a ejercer el paciente.
¿Cuál es la solución?
Una buena movilización del cuello junto con un fortalecimiento que haga mantener el cuello en la mejor posición para que la carga sea bien repartida entre ambas partes.
Tratamiento:
Lo primordial es quitar el dolor con técnicas descontracturantes (Masaje Descontracturante, Punción Seca, calor en profundidad mediante Diatermia) para posteriormente realizar ejercicios de control motor específicos y pautados para cada paciente de forma personal. Hasta que no se fortalezca esta musculatura profunda no desaparecerán las sensaciones de inestabilidad o mareos. Cada paciente requiere una dosis, una intensidad y una frecuencia de ejercicios personalizada.
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