Hernias discales y ciática
Hernias discales y ciática
¿Qué es una hernia discal lumbar?
El segmento lumbar de la columna vertebral es el más robusto de todos. Está formado por 5 vértebras y entre sus funciones, están la de proteger la medula espinal, envuelve las vías nerviosas que envían señales motoras a la mitad inferior del cuerpo y reciben la información sensorial de la misma parte, absorbe cargas y las transmite en dirección a la pelvis.
Entre las vértebras lumbares se encuentran los discos intervertebrales, que en esta zona son más gruesos que en los otros segmentos vertebrales. Los discos se dividen en el núcleo pulposo (localizado en el centro y que está formado por gel mucoproteico, proteoglicanos, colágeno, y agua) y el anillo fibroso (localizado en la periferia y formado en su mayoría por fibrocartílago).
En su conjunto, la zona lumbar permite el movimiento de flexión (50 grados), extensión (15 grados), inclinaciones laterales (15-20 grados) y en menor medida de rotación axial (5 grados).
El disco intervertebral se acopla y actúa de una determinada forma adaptándose a estos movimientos de manera que, por ejemplo, durante la flexión cuando el cuerpo vertebral se desliza e inclina hacia delante, el disco es presionado en su parte del anillo fibroso por la parte anterior mientras que el núcleo pulposo se desplaza hacia posterior.
Cuando el anillo fibroso se fisura y el núcleo pulposo se desplaza, se produce el estado de herniación y es entonces cuando el disco puede presionar las vías nerviosas y producir un dolor tipo ciático. Siguiendo el modelo pato-anatómico, necesitaríamos una prueba de imagen para confirmar que estamos ante una hernia discal. Pero actualmente, se trabaja siguiendo un modelo biopsicosocial, lo que implica que una hernia no tiene porqué ser dolorosa siempre, y que podemos tener un dolor ciático similar al de una hernia y sin estar ante una. Esto se debe a que valoramos el dolor en un contexto mucho más complejo y éste a su vez se ve envuelto por diferentes factores psicosociales.
Causas de las hernias discales:
- Envejecimiento: con la edad los discos intervertebrales pierden agua y se deshidratan, por lo que se vuelven menos flexibles y más frágiles
- Debilidad muscular: tener una musculatura débil supone perder la primera barrera de protección que tenemos, ya que ésta actúa como una faja alrededor de la columna
- Sedentarismo: la falta de actividad física multiplica la posibilidad de padecer una hernia. Además, las posturas mantenidas, como en flexión frente a un ordenador, hacen que los ligamentos pierdan la capacidad de mantener la tensión con el tiempo, difuminándose así otra barrera de protección.
- Enfermedades genéticas: en ocasiones, padecer ciertas enfermedades genéticas aumenta también la posibilidad de padecer una hernia discal.
Síntomas graves de dolor en la columna vertebral lumbar:
Los síntomas principales que describen una afectación de este tipo son:
- Dolor en la zona lumbar de tipo muscular asociado o no al dolor por ciática.
- Dolor irradiado, con sensación de quemazón y de tipo punzante que desciende por el miembro inferior desde la zona del glúteo pudiendo llegar hasta los pies.
- Sensación de Entumecimiento, cambios en la sensibilidad, sensación de hormigueo en la zona del dolor irradiado.
- Debilidad del miembro inferior, que nos produce cierta impotencia funcional.
- Cambios en la sensibilidad en la zona genital o perineal que puede ir asociado a dificultad para controlar la retención o vaciamiento de orina. Esto sucede en casos más agudos y graves.
En resumen, de forma general el 80% de la población tiene hernias discales o protrusiones (situación previa) a nivel lumbar pero normalmente son asintomáticas y no dan clínica. Cuando son tan grandes que comprimen alguna raíz nerviosa los dolores son insoportables pudiendo extenderse por cara posterior del muslo, gemelo e incluso llegar a los dedos del pie. Cuando esto ocurre se dice que tenemos una Ciática, Ciatalgia o compresión del nervio Ciático.
¿Qué hacer cuando nos duele la hernia?
Pueden empeorar los síntomas:
- Permanecer en la misma posición de manera estática.
- Realizar aquellos ejercicios o movimientos que provoca el dolor y por tanto irritan el nervio.
- Flexionar la espalda o caminar durante un tiempo prolongado
Algunas formas para aliviar el dolor de la hernia discal o de prevenirlo:
- Cambios posturales en intervalos de 20 minutos.
- Permanecer colgados algunos minutos y varias veces al día para descomprimir las vértebras.
- Realizar movimientos que no nos produzcan dolor. Es decir, movernos en dirección contraria al gesto que nos provoca el dolor.
- Fortalecer la musculatura
- Llevar una vida activa y saludable.
Tratamiento:
La primera estrategia de tratamiento es descontracturar la musculatura periarticular afectada con Masaje Descontracturante o Punción Seca (según la profundidad y localización de la zona afecta). Esta primera fase de tratamiento se combinará con técnicas de empujes vertebrales tipo Maitland y con Técnicas Osteopáticas de desbloqueo. Más efectivo aún pueden ser las técnicas o ejercicios de Mckenzie que el paciente se llevará como tarea para realizar en su casa. Si no se consigue el resultado esperado con la fisioterapia se pueden realizar bloqueos con anestésicos y antiinflamatorios mediante Infiltraciones Ecoguiadas. También está recomendado el ozono como antiinflamatorio natural(Ozonoterapia). Son muchos los estudios que dan evidencia al uso del Ozono para la reabsorción de las protrusiones.
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