Fisuras y fracturas costales

Fisuras y fracturas costales

¿Qué es una Fisura o Fractura costal y cómo se producen?

Anatómicamente el ser humano tiene una caja torácica donde vamos a encontrar 24 costillas, 12 a cada a lado. Estas costillas se articulan a través de sus carillas articulares con las vértebras dorsales por la parte posterior, y a su vez se articulan con el esternón por la parte anterior. Esto ocurre de manera general, aunque como veremos no siempre es así.

Las costillas son huesos largos, planos y curvos y su función es la de proteger los órganos que se encuentran en el interior de nuestra caja torácica. Podemos dividir las costillas en 3 grupos diferenciados:

• Costillas verdaderas: son las primeras 7 costillas de cada lado. Éstas se articulan con el esternón a través de un cartílago costal propio.
• Costillas falsas: a este grupo pertenecen las 3 costillas siguientes de cada lado. Éstas se articulan con el esternón indirectamente mediante el cartílago de la 7ª costilla
• Costillas flotantes: son las dos últimas costillas de cada lado. Éstas, como todas, se articulan con las vértebras dorsales pero no se articulan con el esternón.

Las fisuras o fracturas costales ocurren cuando éstas se quiebran perdiendo así su continuidad, habitualmente tras un fuerte traumatismo, como una caída, un accidente de coche o un fuerte impacto durante la práctica de algún deporte de contacto. A veces, y en el caso de personas mayores con osteoporosis, un simple estornudo y tras varios días con una tos fuerte, también se pueden producir fisuras costales.

Normalmente, otorgamos el nombre de fisura a una pérdida de continuidad del hueso, que no llega a ser completa, categorizándole como una lesión menor a la fractura y otorgándole menor potencial peligroso.

Utilizamos el término de fractura cuando la discontinuidad del hueso es completa o son varios las zonas que presentan discontinuidades. El dolor que se produce en ambas lesiones es similar, aunque la fractura resulta tener más potencial peligroso debido a la posibilidad que existe de que éstas puedan dañar algún órgano mediante un desplazamiento del hueso roto.

Síntomas:

• Dolor en la zona fracturada y en la parte superior del pecho
• El dolor normalmente es apunta de dedo, y puede aumentar durante la respiración, al reír o al toser.
• Puede acompañarse de inflamación y hematoma
• Cuando la fractura es de varias costillas, puede darse una respiración paradójica debido al cambio en el movimiento que se produce, pudiéndose presentar sensación de disnea o dificultad respiratoria.

Diagnóstico:

Como siempre en el diagnóstico será de gran importancia la entrevista que realizaremos al paciente. En ella trataremos de recoger los datos subjetivos del paciente, en los que nos explique fundamentalmente las características de su dolor y cómo es éste, junto a un examen objetivo donde podamos realizar una buena exploración.

Normalmente, la descripción por parte del paciente junto a la exploración física y a la palpación resulta suficiente para saber de la existencia de una fisura o fractura pero en este caso, la realización de algún tipo de prueba de imagen va a ser de gran importancia para ver el estado en el que se encontraría la lesión.

La radiografía puede detectar cambios en la cortical del hueso, aunque no siempre va a ser fiable. Para ayudarnos en el diagnóstico, haremos uso de la ecografía que haremos en consulta de manera que podamos estratificar la severidad de la lesión, así como calcular el tiempo estimado de recuperación.

Tratamiento:

La magnetoterapia y el reposo son los mejores aliados de las fisuras costales. La magnetoterapia ayuda en la formación de callo óseo. En una fase más aguda está indicado el tratamiento con Diatermia y Punción Seca de la musculatura afecta para la reducción del dolor. El Plasma Rico en Plaquetas (P.R.P) o factores de crecimiento se emplea para reducir el tiempo de recuperación ya que ayuda a la rápida formación del cayo óseo.