Periostitis tibial

Periostitis tibial

¿Qué es la Periostitis Tibial?

Es una afección por dolor localizado e inflamación en el periostio de la parte anterior del hueso de la tibia (lo que coloquialmente llamamos “espinilla”).

El periostio es una membrana de tejido fibroso muy resistente que se encuentra vascularizado e inervado y cumple la función de nutrir y proteger al hueso. De hecho, es un tejido sensible con gran presencia de nociceptores, los cuáles envían información dolorosa al cerebro, y esta información pueden provocarla simples estímulos como sería la palpación.

El periostio además cumple la función de servir de inserción para diferentes músculos de la zona, los cuáles, se activan en su mayoría al hacer ejercicio en bipedestación, como correr. Es por ello que va a ser un lesión frecuente en atletas, corredores de fondo, bailarinas, militares y, en general, en cualquier persona sometida a un incremento de la actividad y a una sobrecarga posterior de los tejidos, sumados a otros factores desencadenantes que incrementen la posibilidad de padecer esta lesión.

Causas:

El mecanismo lesional acaba siendo el esfuerzo repetitivo que llevan a cabo los músculos que se insertan en la tibia y los tejidos circundantes que acaban estresando la tibia. No obstante, hay que tener en cuenta varios factores, alguno de ellos estructurales, que pueden ayudar a contribuir a este estrés de la tibia, como podrían ser:

• Rodilla en posición de genu varo
• Torsión tibial
• Pie plano valgo
• Pie cavo con gran puente
• Dismetría de miembros inferiores

Otros factores externos a tener en cuenta serán:

• Un incremento brusco de la actividad física
• Entrenamientos por terrenos irregulares
• Uso de calzado deportivo inadecuado

Síntomas:

Los síntomas suelen aparecer de forma progresiva:

• Primero se empieza a percibir dolor únicamente con el desempeño de la actividad física
• Después el dolor aparece con al comienzo de la actividad, puede desaparecer durante la realización de la misma, y volver a aparecer al cese.
• El dolor directamente nos impide realizar la actividad deportiva
• Aumenta el riesgo de fractura por estrés de la tibia

A veces puede aparecer hinchazón acompañando al dolor. La lesión también nos supone una pérdida de la funcionalidad, pudiendo dificultarnos o impedirnos la realización de nuestras actividades de la vida diaria.

Prevención:

Si queremos prevenir esta lesión deberemos tener en cuenta:

• Llevar a cabo una correcta progresión de la carga en nuestros entrenamientos. Para ello podemos consultar a un profesional que nos ayude a planificar una correcta rutina
• Someternos a un análisis de nuestra carga en estático y en movimiento. Para tenemos que consultar a un profesional que nos analice la marcha
• Elegir un correcto calzado, teniendo en cuenta la forma de nuestra pisada. Otra opción es añadir plantillas para amortiguar el impacto
• Añadir entrenamiento de fuerza
• Evitar deporte en terrenos irregulares si tenemos episodios previos de dolor en terrenos de este tipo

Tratamiento:

Un buen estudio biomecánico es fundamentar para ver el origen de los problemas.  La Electrolisis Percutánea Musculoesquelética es el tratamiento estrella: Visualizando la tibia y tejidos superficiales con la ecografía la corriente se aplicará en las zonas fibrosadas o más hiperecoicas. También se descontracturará la musculatura circundante con técnicas de Masaje Descontracturante o Punción Seca.