Lesión del corredor o síndrome de la cintilla iliotibial
Lesión del corredor o síndrome de la cintilla iliotibial
¿Qué es la cintilla iliotibial?
La cintilla iliotibial es la parte más tendinosa del músculo tensor de la fascia lata. Este se origina en la espina iliaca anterosuperior (EIAS) y desciende por la cara lateral del muslo. Antes de llegar a la mitad, ya vemos que se ha formado la cintilla iliotibial, y ésta irá descendiendo hasta insertarse en la parte lateral y superior de la tibia, en concreto a lo que conocemos como tubérculo de Gerdy.
Este músculo realiza abducción de cadera y rotación externa de rodilla, a la que sirve además de estabilizador. Es un músculo que se activa considerablemente durante la carrera, por lo que será una afección típica en corredores de larga distancia, en ciclistas y, en general, en deportistas que realizan deportes de resistencia. Es por ello, que es una lesión que resulta bastante frecuente en consulta. Semanalmente nos vienen pacientes con esta dolencia.
Esta lesión no deja de ser una tendinopatía, es por eso que la causa será por sobre uso y microtraumatismos de repetición, aunque también es probable que vengamos arrastrando previamente problemas metabólicos de base y que además exista cierta sensibilización central que nos impida modular correctamente el dolor. En los peores casos, puede venir acompañada de una bursitis de cadera o bursitis en el epicóndilo lateral de la rodilla. Es por ello que en estos casos el proceso de rehabilitación será más lento de lo habitual al tratarse de una patología más compleja.
¿Cómo se produce?
Como hemos comentado, es una lesión que se produce por el sobreuso y los microtraumatismos de repetición que resultan de la fricción de la banda iliotibial sobre el epicóndilo lateral del fémur, lugar de paso para el tendón antes de llegar a la inserción en el tubérculo de Gerdy.
La causa de por qué se producen estos microtraumatismo podría tener una explicación biomecánica, ya que se han observado en diferentes estudios de la marcha y la carrera, que esta zona del epicóndilo del fémur es la zona de máximo de impacto cuando la rodilla se encuentra aproximadamente a 30º de flexión (grados que se alcanzan al realizar cada zancada). Otra causa común de esta patología es la debilidad de glúteo medio, lo cual implica una sobresfuerzo del Tensor de la Fascia Lata (TFL) y como consecuencia su cansancio.
En las primeras fases parece ser que suele aparecer de manera progresiva, dando la cara en los últimos minutos de entrenamiento y pudiendo aumentar en zonas con pendientes o al mantener un ritmo lento de carrera. En estadíos más avanzados dolerá desde el comienzo de la carrera y en los días posteriores.
Factores favorables:
Algunos factores que aumentan las posibilidades de padecer esta dolencia son:
- Exceso de pronación durante la carrera.
- Dismetría entre miembros.
- Rodillas en Genu Varo.
- Sobre-entrenamiento.
- Calzado inadecuado para el entrenamiento.
¿Cómo es el diagnóstico?
A la hora de diagnosticarlo es importante realizar una valoración subjetiva del paciente (su estilo de vida, hábitos, deporte que practica, cómo es su dolor, dónde se localiza, cuándo aparece…) sumado a una valoración objetiva que nos muestre que estamos ante esta patología.
Para la valoración objetiva, nos serán útiles el Test de Ober y el Test de Noble.
Sin olvidar la ecografía en la que se pueden ver 2 tipos claros de afección:
- Degeneración o inflamación de las fibras de la cintilla que insertan en la tibia (Tuberculo de Gerdy)
- Inflamación por exceso de presión de la bursa que se encuentra entre la cintilla y el epicóndilo lateral del Fémur.
Tal y como hemos comentado anteriormente, es importante saber que tras este problema, en ocasiones se encuentran otros que inicialmente pueden pasar desapercibidos. A veces es la debilidad de otra musculatura secundaria (especialmente glúteo medio y menor) contribuyen también a que se produzca este desequilibrio entre cargas que finalmente nos acaban generando esta tendinopatía de la banda iliotibial.
Tratamiento:
Una vez se tenga el diagnóstico basado en la sintomatología del paciente y en las imágenes ecográficas que se obtengan en la consulta se decidirá cuál es el tratamiento más eficaz.
Generalmente, el tratamiento se basa en 3 técnicas:
- Descarga muscular mediante Masaje Descontracturante y Punción Seca
- Realización de la Electrolisis Percutánea Musculoesquelética mediante una corriente galvánica que se introduce a través de una aguja (siempre visualizado mediante técnicas ecográficas)
- Plan de ejercicios excéntricos para ayudar con la realineación de las fibras de colágeno. Se recomienda la ingesta de vitamina c y colágeno tipo III durante todo el proceso de recuperación. Si finalmente estas técnicas fracasan se recurrirá al empleo de inyecciones de Plasma Rico en Plaquetas (P.R.P) o factores de crecimiento, combinado con inyecciones volumétricas. Inyecciones que serán siempre aplicadas en el lugar apropiado ya que se realizarán visualizadas a través de ecografía. En un tendón inflamado y no degenerado también está indicado el uso de Infiltraciones con Corticoides.
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